Aquí tenemos la intención de contar las vidas de una misma persona…alguien llamada Violeta Chabebe, Aura Violeta Chabebe, Señorita Chabebe, Aura Violeta Tejada, Aurora Violeta Tejada, “Violín”, Violeta Tejada, Violeta de Pichardo, Violeta de Reyna, Violeta Tejada Guzmán y que ahora a los 84 años se reconoce así misma como Aurora Violeta Guzmán Tejada, o simplemente Violeta, ella pudo haber sido, cualquier mujer-madre de nuestro país, pienso que contar su historia es otra manera de contar la historia que nunca es contada, la de carne y hueso de los 9 millones de dominicanos y dominicanas que arrastran sus vidas en los canales del tiempo del siglo XX y sobreviven al desafiante siglo XXI. Si la conociste o la conoces y viviste alguna experiencia de ese contacto mágico con el aura de Violeta, por favor cuéntanos y compartes con nosotros la historia de la vida cotidiana..

  1. Entre Mon Pichardo y Mano Reyna
    Por Violeta Tejada
    Entre Mon Pichardo y Mano Reyna sucedieron muchas cosas en la vida de nuestra madre Violeta…ya viuda (de Mon)…pretendida…en la pobreza extrema…en un campo de Salcedo…con cinco hijos picharditos…con 24 años de edad…no egresaba de una universidad del mundo académico y ya aprobaba su primera carrera de la universidad de la familia y de la vida…veamos todo junto…
    .
  2. Relato de primer viaje a Europa
    En el 2009, se cumplirán 30 años del primer viaje de nuestra madre  Violeta a visitar a sus hijos Danilo y Clara, quienes vivían en aquel tiempo, el primero en Paris, Francia y la otra en Sevilla, España.Durante su recorrido por varias ciudades italianas, francesas y  españolas, nuestra madre llevo un diario que consideramos de mucho valor por las reflexiones personales que incorpora a la descripción de los lugares visitados.El texto habla por si solo de la calidad  de la madre que tenemos…
  3. Junio 1980. Relato de una aparición: ¿OVNI?
    Por Violeta Tejada
    En la misma libreta de apuntes en la que nuestra madre llevo su diario del viaje a Europa del ano 1979, también ella registra un relato impresionante de un fenómeno observado por ella y otros familiares en el ano de 1980.
    Recuerdo la vehemencia y el esfuerzo de su poder descriptivo, cuando nuestra madre me contaba lo que había visto en aquella ocasión.  A continuación recogemos este hecho a través de su propio relato.