En diciembre pasado estuve compartiendo con jóvenes de la pastoral Juvenil. Lo que allí compartí he querido colgarlo en mi blog, no solo para que quede guardado en el Baúl de mi vida, sino para que de alguna forma, lo preparado sea también leído y compartido por todos.

A continuación, texto íntegro de la exposición.

Cuando mi hijo Amaury me informó del interés del Padre Luís Rosario de que compartiéramos con ustedes algunas ideas sobre la Unidad Familiar, la Paz y los valores de una vida llena de propósitos, me sentí alegre al saber que mi amigo, el Padre Rosario, me recordaba, en mis sueños en la UASD por formar una juventud sana, alegre y comprometida con las mejores causas de nuestro país y del mundo global, en el que nos ha correspondido vivir en estos tiempos.

El desafío que se me presentaba era como compartir con ustedes algunas ideas, sin caer en una exposición pesada, sesuda, demasiado teórica o en el otro extremo, caer en un anecdotario singular de las experiencias vividas, sin que ustedes perciban en mis relatos vanidad o una ruta lineal de vida ejemplar, que desdiga el valor de la humildad en la que me formé, cuando de adolescente leía en José Martí el valor de esa conducta.

Me decidí por establecer un diálogo con ustedes, compartir algunos testimonios de vida y construir juntos un poco de razón y fuerza de cambio de vida, a partir de algunos valores que recibí de la iglesia, la familia, la política, la escuela, el barrio…

Nadie nace siendo maestro y para ratificar el valor del aprendizaje durante toda la vida,  muere siendo alumno, aprendiendo a morir, descubriéndose así mismo, regresando como en una película, a conocer que somos una partícula vital pequeña, temporalmente material, en el que la despedida de la muerte es el inicio del instante en el que comienzas a dar cuenta de tus pasos por la vida, teniendo que hacerlo primero contigo mismo.

Comencemos hablando un poco sobre la educación.

1.-La educación como fuente de la socialización y la hominización del ser humano.

La educación se inicia desde la concepción de la vida, porque las circunstancias en las que naces operan como una fuerza vital que marca tu vida futura, si recordamos la película “El Niño Salvaje” de François Truffaut, veremos que la vida en familia, la educación y la formación en valores, hacen la diferencia entre la animalidad y el hombre.

Somos lo que nuestra sociedad hace de nosotros y lo que nosotros nos permitimos ser, nacemos en un entorno socialde opciones de comportamientos y valores jerarquizados, en los que se nos dice o se nos enseñan los comportamientos que los demás consideran apropiados para ti, a partir de los valores de referencia de aquellos con los que compartes la vida en comunidad social, de familia, barrio, escuela, iglesia, por eso entre las primeras decisiones que irás tomando, construirás tu propia historia, desde tu libre albedrío, sin determinaciones absolutas de lo divino, bajo la responsabilidad de una conciencia que se mueve desde la ingenuidad de tu infancia hacia la toma de decisiones de la juventud y de la adultez.

Yo nací de una familia humilde, mi padre comenzó su juventud siendo “echa días“ en el campo y mi madre, una viuda con cinco hijos, que se abría paso en la vida, sola, pegada a una máquina de coser, su matrimonio primero, la había sacado de la escuela, ya había aprobado el sexto grado, cuando fue casada a los 15 años, con el sobrino de su madrastra, irónicamente Maestra Normal, nieta del Generalísimo Pedro Santana.

Al volver a casarse, ahora con mi padre, ella se negó  a repetir con sus hijos su propia historia, trabajó duro para llevarnos a todos a la escuela, hubo tiempo en el que mi hermano mayor para poder asistir a la escuela usaba el pie derecho de un par de zapatos y dejaba el zapato del pie izquierdo para que lo utilizara su hermano menor acudiendo también a la escuela, en tiempos en que se prohibía enviar los hijos descalzos a la escuela, le amarraba una “tira” en el pie sin zapato de cada uno, para simular que un percance de salud los obligaba a asistir faltándole un zapato a cada uno.

La transmisión de esa historia repetida, resonaba como un eco en la conciencia de mis obligaciones escolares, para poder asumir mis propios desafíos, cuando me llegó la hora de las dificultades personales, quizás menores que las vividas por mis hermanos mas grandes.

La educación y la formación en valores de nuestros padres has sido las claves para que la familia haya crecido unida y cada quien construyera su propia historia personal y ayudara a los demás con las suyas.

Aquí les he traído, para compartir con ustedes, la memoria viviente de nuestra familia, mi hermano menor Daniel Reyna, con quien quiero compartir un breve diálogo frente a ustedes:

Buenos días Daniel, le cuentas a estos jóvenes dónde naciste?

Estudiaste? Dónde estudiaste?

Siempre te he conocido como un gran trabajador, podrías contarnos los trabajos que has desempeñado antes?

Recuerdas la imprenta…?

Recuerdas Vitesa…?

Dónde trabajas ahora?

Podrías decirnos si te gusta leer—?

Podrías decirnos tu rutina cada día, después de levantarte y desayunarte, qué haces?

Este es un modelo del Evangelio que envía cada día a su familia y amigos:

 

Miércoles 7 de Diciembre de 2016

 

Daniel Evangelizando

 

Cumpleaños

 

Daysi Nibbs (Esposa de Luis Arvelo)

Felicidades

 

Nació Francisco José Pantaleón González (Lolé) 1943 (Hijo de Pedro Pantaleón María y Antonia Camilo)

 

Nació Magdalena Alt. Pichardo Pantaleón 1956 (Hermana de Alejandro Pichardo Pantaleón)

 

San Ambrosio Obispo

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor

Corría el año de 1972, mi madre había vuelto a enviudar, yo tenía 14 años al morir mi padre, aún vivíamos en Salcedo, mi madre de poca vida en grandes ciudades, no lo pensó dos veces, cuando aún permanecíamos en la casa 7 de mis 11 hermanos, decidió que no habiendo en Salcedo, escuela de educación especial ni asistencia de salud especializada para mi hermanito Daniel, ya con 3 años, con menos de un año de volver a ser viuda, nos comunicó que había que mudarse a Santo Domingo, porque la familia tenía que avanzar al ritmo del que tenía las mayores dificultades, observen bien, no era del que ella podría esperar más en un futuro, sino el que más le necesitaba.

En la formación de esos valores crecí y por ello, repito el círculo virtuoso de la educación para con mis hijos y mis nietos. Pero la historia de Daniel no quedó ahí, ya veremos más adelante la cosecha que recibió nuestra madre y la fuente de paz que hoy disfruto.

Entonces, de aquella familia, agricultor sin tierra y de madre curtida en el dolor y las angustias de dos viudeces, les puedo decir que como fruto de la educación y la formación en valores y la apuesta por la familia, aquel hermano mayor que iba con un zapato a la escuela, construyó una vida de magisterio que le llevó desde las escuelas rurales de la época de Trujillo, en la simple y honrosa condición de maestro rural, a la de estudiante de educación, ya adulto, a ser director de escuelas públicas, inspector de educación, director regional de educación, profesor universitario y escuchen bien, llegó a ser el Ministro de Educación de la República Dominicana en el período 1986-1989.

El del otro pie en el zapato, construyó su propia historia, recorriendo los empleos mas diversos, también maestro durante gran parte de su vida, pasando por la tarea de la Patria de abril de 1965, alcanzando la universidad ya bastante mayor, llegando a ser banquero y construyendo, con su pareja de toda la vida, el modelo de familia responsables ambos de la pastoral familiar de todo el nordeste del país, recordados casi como santos, por los que recibieron sus mensajes en aquellos cursillos matrimoniales, en la consejería de pareja, mientras nosotros luchábamos con el temor de que tener que comunicarle nuestras dificultades de parejas en nuestras familias… Ya se nos fueron ambos, en plena madurez, pero les sobrevive su ejemplo como una fuerza moral que nos alimenta a todos y estimula a permanecer unidos en nuestras familias.

Siguiendo con nuestro tema sobre la fuerza transformadora dela educación y la formación en valores, debo decirles que además de la familia como fuente de socialización, de integración, de humanización de nuestro libre albedrío, ustedes jóvenes deben de valorar la propia escuela, la iglesia e incluso el barrio, ese micro mundo de nuestro entorno en el que siempre es posible encontrar una mano misericordiosa que ayude en la orientación ante los desafíos propios de una sociedad que nos expone a tanta desigualdad, exclusión y dificultades de realización personal.

Solo se trata de saber distinguir el grano de la paja, hacerse acompañar siempre de aquellos que nos presentan los mejores ejemplos de vida, lucha y sacrificio.

2.- El valor de la educación como fuente de dignidad humana y libertad

La educación nos permite alcanzar conocimientos y desarrollar competencias que nos transforman desde la niñez hasta conducirnos a convertirnos en seres capaces de vivir dignamente de nuestro trabajo, construye en nosotros valores de ciudadanía, nos permiten superar estadios de desarrollo social que en la ignorancia nos sumergirían en la pobreza y el atraso. Ser el primer profesional de una familia, es una oportunidad de vida para poder percibir el poder transformador y liberador de la educación.

En nuestra familia, no todo fue color de rosa, en el apoyo a la educación, les recojo en este testimonio el ejemplo de superación de otro de mis hermanos, mi padre no tenía la misma cosmovisión de mi madre, por ejemplo, el hermano que me antecedió en el nacimiento, por sus talentos en la escuela, se sometió a un examen nacional para ingresar al Instituto Superior de Agricultura, compitiendo por una beca, sin conocimiento de mis padres, obtuvo de las más altas calificaciones, al enterarse mi padre de que este se iría a estudiar interno a Santiago, dijo que no lo apoyaría y que si lo hacía sería por su cuenta y efectivamente, mi madre ocultó la verdadera razón de su viaje a Santiago y éste tuvo que pasar el “Niágara en bicicleta” para finalizar sus estudios, al punto que el día de su graduación, pudo acudir a los actos porque le regalaron unos zapatos de pies tan grandes que debió rellenar con “trapo” y papel.

Esa es otra hermosa historia de superación, en la que los hermanos mayores apoyaron la decisión de estudiar de aquel hermano, hoy, cuando este ofrece conferencias de superación empresarial y personal dice que toda la riqueza recibida en herencia que le sirvió de base para ser hoy quien es, cabe en el espacio que se forma entre los dedos índice y pulgar, colocados en su frente, pero ese hermano, que se hizo agrónomo, ingeniero agrónomo, administrador, economista, hoy es un gran empresario de zonas francas y presidente de un banco, que ha servido de soporte a todos los miembros de la familia, mientras yo tiraba piedras en la UASD, portando los sueños del Ché, él se dedicaba a convertirse en un gran asesor e inversionista, usando como recurso su inteligencia y las competencias desarrolladas desde las aulas que le formaron.

Quiero reconocerle hoy ante ustedes, jóvenes, el valor de mi hermano, quien hoy parece ser un socialista mejor que yo, porque él expresa como su gran orgullo y su sueño presente, un programa de financiamiento dirigido a familias de escasos recursos económicos para financiar los estudios de los hijos de sus propios trabajadores y de la región en la que se desenvuelve su vida, en sus charlas dice que lo que nuestra familia puede exhibir como éxito social y personal de sus integrantes, se lo debe a la educación.

Hoy, las competencias desarrolladas desde la educación y los valores que le formaron son la fuente de su libertad para decidir su destino, con dignidad, sin la humillación del favor mal recordado, con la humildad de los que saben que de sus orígenes, no puede haber olvido, solo el orgullo del trabajo y del ejemplo de quienes le formaron. Escoge con libertad a sus socios, a sus amigos, decide donde colocar sus energías vitales y sus proyectos, construye desde su albedrío el rol que le corresponde a su libertad.

Aquí quisiera recordarles que la libertad no es un concepto exclusivo de la política, es una condición de la naturaleza humana, cuando somos menos libres, más lejos nos encontramos de la humanidad, la familia debe ser fuente del respeto de sus integrantes, en las decisiones que adoptan, cuando llega la hora de que nos multipliquemos, los Estados y gobiernos que le administran deben ser garantes de la libertad de sus conciudadanos, pero por más reconocimiento que tenga la libertad como un derecho, si ella no está acompañada de la conciencia, del conocimiento y de la educación, se convierte en la libertad que le damos a los animales en la sabana, antes de su sacrificio o sometimiento a tormentos crueles. La libertad, como el ejercicio de la responsabilidad de cada quien, requiere una actitud permanente de crecimiento humano y espiritual de los que conforman núcleos sociales más amplios como la familia, como la propia sociedad.

3.- El trabajo como fuente de la creación humana

De igual forma, la educación y la formación en valores, es la base más importante para la generación de competencias para el trabajo, ser útil, productivo, competente, innovador, eficaz y eficiente es la diferencia entre los que encaran el trabajo desde la simple condición de la fuerza y no de la inteligencia, el conocimiento y la razón, por ello, es de muy alta responsabilidad entender que la decisión de estudiar, no es simplemente una tarea de ejercicio del derecho de acceso a la educación, sino que es la obligación moral de todo ser humano que se mira así mismo como un eslabón de la cadena humana, responsable de agregarle valor a cada acto de su vida y de integrar en ese valor a su entorno familiar y social.

No hay una satisfacción más grande del deber cumplido, que cuando podemos llegar a nuestros hogares con una respuesta a una necesidad, de los hijos, de la esposa, de la madre, de un hermano, esos actos se convierten en fuego que aceran los lazos de la familia, porque el bien se recibe desde la altura de lo digno y de la fuente del trabajo honrado.

4.-La condición social en la naturaleza humana

La educación y la formación en valores no dejan espacio al egoísmo, y nos permiten comprender que la vida en sociedad, en familia, es la verdadera condición humana, nos abren la posibilidad de compartir, con los demás, nuestras capacidades de generación de riquezas más allá de nuestras necesidades individuales, rechazar el atesoramiento, la usura y promover la inversión social y la reproducción de la riqueza con alto sentido de compromiso social. Esos valores deben formar parte de una verdadera educación con sentido humano.

5.- Convertir la Vida en escuela de aprendizaje.- Vivir, aprender y volver a vivir.

Ustedes habrán oído hablar de que hay gente que pasan, en la vida, sin saber que pasaron… Es necesario que desde la infancia y principalmente en el tiempo de la juventud, comprender una vieja expresión que indica que todo hecho social es un hecho educativo, es decir que toda acción humana encierra una pedagogía, una enseñanza que siempre debemos buscar, aprender y enseñar, asumiendo aquello de que todo maestro tiene su librito, ustedes deben de buscar las formas, los instrumentos o herramientas que se requieren para “pedagogizar” la vida, no es posible, que la juventud dominicana no observe, por ejemplo, que no se ha podido ver morir a un narcotraficante, en su cama, de viejo, no porque el paso de los años, en ese fenómeno pudiera ser corto, sino porque el modo de vida que entraña esa condición, le expone a la tragedia de la vida y a la peor de las muertes, la del olvido.

En todo hecho social o acontecimiento humano la conducta humana es precedida por valores y antivalores y tiene una consecuencia respecto a quien eres, la expresión de Jesús de que “por sus hechos lo conoceréis” es un llamado a realizar esa valoración sobre la actitud que entrañan la acciones, debemos aferrarnos a la pedagogía que nos enseña el Génesis, cuando Dios en la construcción del todo, de la nada, siendo Dios, regresaba sobre sus pasos para observar que lo que había hecho era bueno, antes de dar el siguiente paso, es una invitación a evaluarlo todo antes de continuar la marcha, ese acto consciente también es un acto eminentemente humano.

Dediquen una parte de su tiempo a la reflexión, a la introspección personal, al análisis de lo que acontece en su vida y en su entorno, busquen debajo de las piedras la verdad que entraña el significado de lo que acontece y aférrense a lo mejor de las enseñanzas que esos hechos nos dejen, pero por favor, no tropiecen con la misma piedra y en la siguiente ocasión levántela del camino y conviértanla en fuerza de cambio, en oportunidad y en esperanza de un futuro diferente y mejor. La terquedad solo la observamos cuando decidimos no ser tercos.

6.- Convertir las dificultades en oportunidades.

Jóvenes, les invito a convertir las dificultades en oportunidades, el desarrollo personal y social, nunca será recto o lineal, siempre encontraremos barreras, obstáculos y debemos estar prestos a responder con inteligencia esos desafíos. Disponer de un arsenal de conocimientos, saber dónde y cómo hacerlo, puede ser la clave para hacer de una situación una circunstancia diferente.

La sociedad en la que vivimos no es un buen ejemplo de vida en seguridad, paz y equidad, más bien habitamos la parte del planeta tierra que presenta las mayores desigualdades sociales, reconocido esto por las propias Naciones Unidas, lo cual nos indica que el camino de la educación, la formación en valores y la construcción de fuerzas desde la unidad de nuestras familias, es una ruta forzada, imprescindible para preparar las condiciones de respuesta que nos exigirá aquella circunstancia.

No doblegarnos ante las dificultades y explorarle el lado positivo y extraer las mejores enseñanzas para construir ingeniosas soluciones debe ser la actitud a construir en la juventud hoy. Necesitamos de emprendedores, innovadores, que desde la fuerza dela juventud ayuden a pensar en las grandes soluciones a nuestros problemas. Duarte, no fue un hombre si educación, más bien hizo de su educación la fuente de nuestra libertad y de nuestra Patria, Sánchez era un abogado litigante, estudioso, brillante en el debate solo concibió la lucha como fuente de la libertad, cuando sintió que perdíamos “Patria, es decir, Humanidad”, los “Trinitarios”, con su inteligencia hicieron del Teatro una arma poderosa para la generación de conciencia libertaria.

7.- El planeta tierra la casa grande del ser humano la paz y el medio ambiente.

Ahora quisiera dejarles a ustedes una breve reflexión respecto a que nuestro compromiso vital, trasciende la individualidad, la idea de Patria, para alcanzar la dimensión global, desde el quehacer científico y educativo, y fundamentalmente desde los más excelsos valores, debemos hacer el compromiso con el planeta tierra, la casa grande del ser humano, el hogar de la paz y el protector de nuestro medio ambiente, hay que abrasar, hoy más que nunca, la causa de la paz, que comienza en tu interior, continúa con tu relación con tu entorno familiar y social y con la contribución que todos debemos hacer para que los gobernantes de la tierra entiendan que la riqueza no tiene destino sin hogar, que no hay hogar ni familia sin la paz y que esa paz se construye, en base al respeto.

Comencemos por respetar nuestros propios cuerpos, casa del alma, hogar de nuestra paz interior, protejamos su salud, física y mental, no olvidemos que nuestra mente es parte de nuestro cuerpo, mantengamos una vida ordenada, juiciosa, se comprende que la juventud es algo más que una edad, que una fuerza vital en movimiento, años en los que uno quisiera llevarse el mundo por delante, pero precisamente por esa fuerza que hoy le da el conocimiento, la educación y la ciencia, es que tenemos la esperanza de que la juventud sea la esa luz en el camino de la reconstrucción social y moral que vemos como un imperativo de la hora.

Tú debes decirte a ti mismo, que mi compromiso con la Patria, es mi compromiso con la familia y conmigo mismo, no esperes que la generación que pasa sea la que te de y ocupe el lugar que te corresponde desempeñar por cuenta propia.

8.- “El tiempo, el implacable, el que pasó”.

Cuando trabajo mis primeras clases en la universidad, con jóvenes de recién ingreso, trabajo en ellos el valor del tiempo, porque veo con la facilidad que retiran las asignaturas que tanta lucha le han dado conseguirlas, olvidando el viejo consejo de no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Ustedes tienen la gran oportunidad de que se pueden encontrar, al mismo tiempo, con el presente, el pasado y el futuro, incluso hoy sabemos que cada día asistimos al impresionante espectáculo de mirar lo que aconteció hace millones de años en nuestro espacio.

Hoy tienen de aliado a las nuevas tecnología, ya casi viejas, en la cortedad de la visión de los estrategas de este presente que se nos ofrece ambiciosamente como el punto de llegada de toda la historia humana, les invito a no desperdiciar su valioso tiempo joven. Aprovechar cada instante, para que no les suceda como a mi generación, que al momento de hacer conciencia del escaso avance de sus viejas utopías, descubre que ya no le alcanza tiempo para avanzar si quiera la utopía de lo posible.

El mundo de hoy, yo lo observo como una gran escuela, definan sus metas en tiempo, organicen sus tareas, al despertarse pregunten cuanto puedo avanzar hoy y al acostarse dejen unos minutos antes del sueño para reflexionar sobre lo alcanzado y sin ser complacientes con los logros, disfruten la sensación de haber cumplido, aunque sean muy pequeños los avances. Abandonen todo prejuicio pesimista y ármense del espíritu del progreso, de la confianza en su autoestima y de la conciencia de que todo presente siempre será superior a su pasado.

9.- El amor en los tiempos del cóleray como hacerde uno más que dos.

Cada día, en el aula, trato de vivir una nueva experiencia, intento recordar mi primer día en la condición de maestro y observo que la clave de mis “éxitos” en las relaciones con mis alumnos radica en que, más que enseñar lo que hago es aprender de ellos, y principalmente, al ponerle pasión a lo que enseño, nos identificamos, porque ustedes los jóvenes muestran una capacidad inmensa para amar, en su etapa generacional. Quiero invitarles a que aspiren a una vida con amor, con pasión, si excesos, nada que carezca de amor puede fructificar en algo sano y útil.

Lo que uno ama, lo cuida, lo mejora, enaltece, no sean buenos profesionales porque dominan una técnica como ningún otro lo hace, sean excelentes profesionales, porque al decir que no, lo hacen respetando al otro, porque al decir que sí, se comprometen de verdad, porque al manejarse con la inteligencia y la mano experta, les mueve el interés del amor por su trabajo, la satisfacción de que lo hecho ha servido para los fines que su conocimiento persigue. Todas las demás satisfacciones, materiales o no, llegarán por añadidura, no hay una sensación más hermosa que la que se recibe cuando el otro reciproca con su cuota de amor, lo recibido.

Respetarse a sí mismo, es respetar a su familia, a sus compañeros, a sus parejas, a sus colegas, estos son tiempos difíciles, pero en todos los tiempos del ayer, del hoy y del mañana siempre hay espacio para el amor, aún “En los tiempos del Cólera”.

10.- La verdad, la justicia, y la honestidad.

No es posible avanzar en esta conferencia sin referirnos a los valores de la verdad, la justicia y la honestidad. Aspiro a que los jóvenes dominicanos del presente y el futuro, valoren la importancia de convertir la verdad en fuente de su palabra, asistimos a un mundo-mercado, a una sociedad-clientela, a una construcción del “interés del otro” desde la condición indigna de objeto, de cosa, de mercancía, en la que no importa si los argumentos son verdaderos, si los propósitos son justos y si el resultado final de las acciones enriquecen solo a los que se arman de esa visión que instrumentaliza la ignorancia y fomenta la ambición.

No es posible concebir una juventud educada y que al mismo tiempo su equipaje de “valores” esté cargado de mentiras, o de tolerancia al abuso o simplemente de aquellas acciones que solo benefician al individuo, en el sacrificio del interés común. Hemos llegado a tanta desvergüenza en ese sentido, que mis palabras a veces son recibidas como retórica, cuando el sólo hecho de expresarlas debería ser innecesario, si no nos hubiésemos convertido en un bazar de las miserias humanas.

11.- Solidaridad, parasitismo y caridad.

Cuando yo les invito a construir una actitud de compromiso social, es importante que sepan diferenciar entre la solidaridad y la caridad, entre el fomento y respeto a una vida digna y la construcción de parasitismo social desde el uso político o empresarial de las necesidades humanas. La juventud debe convertirse en fuente de creación de nuevas oportunidades de desarrollo humano, más allá de la instrumentalización de las personas. Negarse a hacer de la política una carrera indigna, hacer del empleo una condición humillante, convertir la libertad del otro, en esclavitud de su conciencia.

12.- El Espejo de Uno mismo.

Cuando tú joven, asumas la responsabilidad de enseñar, de formular y administrar políticas públicas, cuando tengas que tomar una decisión que pudiera involucrar el interés del otro, quiero pedirte que hagas el siguiente ejercicio, mírate al espejo, en el espejo de ti mismo y pregúntate si las consecuencias de tus actos sobre los otros es lo que tu quisieras para ti, tu familia, los tuyos.

La verdadera fuerza moral de nuestros actos radican en la fuerza de nuestros propios ejemplos, por más bonito que hables, por más lógico que parezcan tus pensamientos, sólo llegarán al otro, creando en ellos conciencia, cuando lo que tú dices creer, cuando lo que tú haces, tiene la fuerza de tu propio ejemplo. Si tú no puedes creer en tu propia palabra, si tu no eres coherente con tus actos, jamás vas a crear confianza de los demás en ti. Recuerda que la sociedad de hoy es la sociedad de la imagen y que construida una contra imagen de ti mismo, es difícil recomponerla en la tortuosa tela de araña en que se mueven las comunicaciones de nuestros actos hoy.

13.- La amistad como fuente de crecimiento humano. “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Recuerda que cultivar la amistad con tus seres queridos, es muy importante, más allá de la banalidad y dela superficialidad de una comunicación que invita hoy al espectáculo, a la llamada a la atención, has que tu amistad deje huellas en tus amigos, construya lealtades firmes en base a valores y protégete de las malas compañías, no pierdas tu tiempo exponiéndote a las consecuencias de los actos irresponsables de los otros, tu primera lealtad debe ser contigo mismo, con tu familia, con la sociedad a la que te debes, porque necesita de tu ejemplo hacia el hermano menor, hacia el vecino del barrio, hacia el compañero de la escuela o la universidad.

14.- El propósito: darle sentido a las acciones vitales

Todo lo que tú hagas o dejes de hacer, debe tener un propósito, una finalidad clara, cónsona con tus valores, lo que te hará distinto a ti del resto de los seres vivos, es la direccionalidad que le impregnes a tus acciones, es ese sentido que valora medios y fines, ese compromiso con el bien hacer, con el bien vivir, con el bien pesar, con el ser que te distingue, te da tu identidad propia y te coloca, en las derrotas, con la fuerza que deja la satisfacción del deber cumplido, para reiniciar el camino en búsqueda de nuevas victorias, los propósitos, es ese el material donde se forman los ideales y le encontramos sentido a la vida.

15.- El retorno de la siembre. Lo que hayas sido capaz de dar, regresará sobre ti, en bien lo del bien.

Hay una expresión de mucho valor que dice has el bien y no mires a quien, verdad grande como una montaña, es cierto que muchas veces no vemos de forma inmediata y directa las expresiones de resultados de nuestro bien hacer, pero aunque se dice que se debe dar sin esperar recibir, yo estoy plenamente convencido, a mis 59 años de vida intensamente vivida, que todo el bien que tú puedas hacer, que todo el bien que tu hagas al otro, regresará a ti como un boomerang virtuoso engrandecido, no para que banalices tu orgullo sino para que lo conviertas en fuente de nuevo bienestar y de felicidad para los demás.

Termino, con mi hermano Daniel, como muestra de lo antes dicho, cuando mi madre a los 43 años concibió a mi hermano Daniel, a la misma edad que ella fue concebida por nuestra abuela, su médico le indicó que había un alto riesgo de que naciera con algunas dificultades, incluso genéticas, su presencia aquí es la mejor muestra de cuál fue su decisión, de los 48 años transcurridos después de haberlo concebido, nuestra madre es acompañada por Daniel durante los últimos 27 años, ha sido su aliento, cuando ya todos los otros 10 hijos nos hemos ido, formando familias, cuando ya ella no puede valerse por sí misma y les confieso que la carga de amor de Daniel es tan grande, que la administración de su amor requiere una responsabilidad que no la puedo agotar yo, ningún otro hermano, es más, ni siquiera todos juntos.

Muchas Gracias

Profesor Roberto Reyna Tejada